miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tus pupilas en mi pupila

Pasado
como un huevo por agua

Cruzando el atlántico a nado,
entre olas cálidas,
en tu vientre ciego,
como oscura aquella otra travesía que no sé
(aún no conozco)

Como negra tu panza y su vacío
Tu futuro
es este pellejo al que le huyen
las sienes hacia abajo,
y el norte hacia el estrecho
canal de tus pezones. A la vida
que aterida contempla,
lo que un día veré, que serán, quizá,
otros ojos en un retiro

Y brincaré a lomos de tu espalda,
la que ahora arropa el mar
y una manta,
como música al oído,
que cerca está ya la costa
que la trae el barco de remar,
el farol de la playa
y el grito

¡Sal!

El grito. Cortante y seco, no de cristal,
como tus piernas de recién parida,
sal y salta con la gravedad, que voy contigo
que ya cerca está la arena
y detrás todas las fronteras,
todos los sentidos

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